La depilación láser es un sistema de depilación permanente, rápido y efectivo. Con este sistema de depilación láser permanente, idóneo para la depilación femenina y masculina, se elimina el pelo mediante un proceso de fototermólisis, que consiste en inhabilitar el folículo piloso a partir de la emisión de luz selectiva.
En el proceso de depilación láser, el pelo, a través de la melanina que contiene, absorbe la luz láser. Esta luz en forma de calor entra en el folículo piloso, lo destruye y lo incapacita, para conseguir una depilación permanente. Este proceso de incapacitación del pelo se denomina fototermólisis selectiva.
En cada sesión de depilación láser se elimina la mayor parte del pelo visible, que representa del 20% al 30% del pelo de la zona (también en la depilación masculina), dependiendo de la fase de crecimiento en que se encuentre el folículo piloso.
Desde la primera sesión de depilación láser se obtiene una reducción notable y evidente de la densidad de pelo, y con 8-10 sesiones aproximadamente, aplicadas cada dos/tres meses, se llega a eliminar progresivamente hasta el 85% del pelo.
· Axilas
· Ingles
· Piernas
· Hombros
· Espalda
· Zona lumbar
· Pecho
· Abdomen
· Labio y barbilla
· Brazos
· Nuca
· Manos
· Pies
· Zona íntima femenina
Antes de la sesión de depilación láser se hace un análisis y una valoración de la tipología de la piel y del pelo para que el tratamiento se efectúe de forma óptima y se consiga una depilación permanente.
Una vez hecho el análisis y rasurada la zona a tratar, se inicia la sesión de depilación láser, que tiene una duración de entre 10 y 60 minutos en función de la zona.
Finalizada la sesión, se hidrata y se estimula la zona tratada.
El tratamiento de depilación láser completo consta de varias sesiones, espaciadas en plazos de dos o tres meses. Para una depilación permanente, una vez acabado el proceso completo, se recomienda hacer una sesión de mantenimiento cada 12-18 meses.
Es importante tener en cuenta que entre la primera y la tercera semana tras el tratamiento de depilación láser el pelo parecerá que crece de nuevo, pero la epidermis lo extraerá con su propia regeneración y caerá después de ese período.
En la depilación láser el color del pelo determina la presencia o ausencia de melanina y el tipo de melanina que contiene. Los mejores resultados se consiguen cuando el pelo es oscuro y la piel es clara, ya que cuanto más oscuro es el pelo más alta es la concentración de melanina y mejor es la conversión de la luz en calor.
En el caso de que el pelo sea claro (rubio), la eliminación es más lenta y requiere múltiples tratamientos, debido a la baja concentración de melanina del pelo.
El pelo gris o blanco no tiene melanina y por lo tanto no se puede tratar de manera eficiente.
Durante el tratamiento de depilación láser hay que utilizar sistemas que solo corten el pelo (gillette), para no eliminar el elemento conductor que nos ayudará a dejar la raíz inactiva.
La depilación láser está recomendada para todos los fototipos de pieles, hasta el fototipo 5. Hay que tener en cuenta que para los pacientes con una piel oscura o bronceada el tratamiento puede ser algo más doloroso, debido a una mayor concentración de melanina.
La piel está dotada de millones de folículos pilosos en estado latente. Estos folículos pueden iniciar su actividad y crear pelo si hay un estímulo hormonal.
Los andrógenos son hormonas esteroides masculinas. Están presentes tanto en hombres como en mujeres, aunque en ellas la proporción es menor.
Las células del folículo piloso cuentan con dos elementos fundamentales en la aparición de pelo nuevo:
1. Citoquinas
2. Receptores de andrógenos
Las citoquinas son sustancias secretadas por las células papilares del folículos piloso. Pueden estimular o inhibir el crecimiento del pelo.
Los receptores de andrógenos se localizan en el núcleo de la célula papilar y a nivel del citoplasma. Pueden estar activos o inactivos.
La aparición o desaparición del pelo están sujetas al modo estimulante o inhibidor de las citoquinas y a la activación o desactivación de los receptores de andrógenos en cada etapa o circunstancia de la vida.
En la mujer, el pelo responde a estímulos hormonales provocados por:
· La pubertad
· El embarazo
· Los anovulatorios
· La menopausia
· Hirsutismo e hipertricosis
· Los trastornos endocrinológicos como el hipertiroidismo
· Los trastornos ováricos como el ovario poliquístico
En el cuerpo femenino, las zonas donde puede aparecer pelo por influencia hormonal son:
· Rostro
· Areolas
· Línea alba
· Escote
· Región lumbar
En estas zonas no se puede garantizar la desaparición absoluta del pelo, ya que no es posible detener el efecto de los andrógenos. Sin embargo, la depilación con láser o IPL permite mejorar estéticamente estas zonas y consigue una depilación prolongada de las mismas.
El láser elimina eficazmente el pelo ya formado, pero no puede evitar la formación de pelo nuevo que está programado genéticamente para activarse por la influencia de los andrógenos en distintas etapas de la vida.
Por tanto, es importante que los pacientes masculinos entiendan cómo se comporta el pelo en cada etapa de la vida y en cada región corporal.
La hormona androgénica que tiene mayor afinidad por los receptores papilares es la 5 alfa dihidrotestosterona, (5 –alfa –DHT) sobre la testosterona. De tal forma, el crecimiento del pelo de áreas andrógeno-dependientes se puede ver modificada y requerir múltiples sesiones.
La unión hormona-receptor induce cambios en el núcleo de las células de la papila, de forma que se produce la expresión de ciertos genes que controlen citoquinas activadoras o inhibidoras. Por ejemplo, son activadoras a nivel de espalda, tórax y abdomen e inhibidoras a nivel de parietal. Este es el motivo por el que aparecen las entradas en el cuero cabelludo, zona por donde comienza a manifestarse más precozmente la alopecia androgenética.
En el hombre, las zonas con mayor influencia hormonal son:
· Espalda completa
· Tórax y abdomen
Los andrógenos tienen distintos efectos sobre las diferentes regiones corporales. El grado de influencia varía en función de cada zona:
· Zona de alta influencia: región parietal, tórax, abdomen, axilas y cara.
· Zona de media influencia: extremidades.
El crecimiento del pelo es cíclico, ya que el folículo piloso pasa por fases de descanso. Únicamente los folículos que están en fase de crecimiento contienen pelo en su interior y son susceptibles de ser eliminados en una sesión de depilación láser. Los folículos que están en fase de descanso necesitan entrar en la fase de crecimiento para poder ser eliminados; por esta razón se espacian las sesiones en períodos de 2-3 meses, hasta que todos los folículos pasen por la fase de crecimiento (8-10 sesiones, aproximadamente).
Es difícil responder con exactitud a esta pregunta, pues depende de varios factores:
· Del tipo de piel y de la pigmentación.
· Del grosor del pelo, de su ciclo de crecimiento, del color y la profundidad de los folículos pilosos.
· De los tratamientos previos y del cuidado en el pretratamiento y en el postratamiento.
· Del sistema hormonal de cada persona.
Aun así, se puede afirmar que, generalmente, la media de sesiones necesarias en un tratamiento de depilación láser es de 8-10 sesiones (existen casos de pelo muy persistente en que son necesarias algunas más).
A la larga, la depilación láser es muy económica, pues una vez acabado el tratamiento te puedes olvidar de la depilación durante años. Solo hay que hacer una sesión de recordatorio o mantenimiento cada 12-18 meses.
Aunque el dolor es un valor subjetivo, la depilación láser se describe como tratamiento no doloroso o de dolor moderado. La sensación es comparable a la de una goma que golpea contra la piel. Las zonas con grandes cantidades de pelo pueden tener unas molestias mayores cuando se tratan, así como los pacientes con una piel oscura o bronceada, que pueden tener más sensación de dolor debido a una concentración mayor de melanina en la piel.
Los implantes de silicona no se ven afectados por los tratamientos con luz, pero sí los implantes metálicos. De todas formas, comenta tu caso a la especialista que te esté tratando para que lo pueda valorar de manera específica.
El maquillaje permanente (especialmente cuando es de colores oscuros) y los tatuajes absorben la energía lumínica, de modo que se recomienda no tratar esas zonas.
1. No exponerse al sol ni a los rayos UVA durante los 10-30 días previos a la sesión (en función del equipo utilizado).
2. No depilar la zona a tratar con nada que arranque el pelo de raíz (cera, pinzas, etc.) durante los 20 días previos a la sesión. Simplemente rasurar la zona a tratar.
3. No aplicar bronceadores en la zona a tratar durante los 15 días previos a la sesión.
4. No decolorar el pelo.
5. Es recomendable que el pelo tenga una longitud mínima de 1 o 2 mm (como una barba de dos días).
6. Si se quiere exfoliar la piel, hay que hacerlo 7 días antes de la sesión.
7. Para una mayor efectividad del tratamiento, hidratar la piel diariamente con Body Milk Karité en todas las áreas corporales a tratar.
8. Para cuidar las áreas faciales, aplicar diariamente el fotoprotector de Nuo (mañana y tarde). En situaciones de exposición prolongada aplicar cada dos horas.
9. No tomar ningún medicamento que sea fotosensible durante los 3 días previos a una sesión (ejemplo: ibuprofeno).
1. No exponer la zona tratada al sol ni a los rayos UVA durante los 7 días posteriores a la sesión.
2. Después del tratamiento aplicar Soothing Gel durante los 5 días siguientes.
3. Transcurridos 3-5 días tras la sesión, hidratar la piel con Body Milk Karité en todas las áreas corporales a tratar, para una mayor efectividad del tratamiento.
4. Para el cuidado de las áreas faciales, recomendamos aplicar diariamente el fotoprotector Nuo (mañana y tarde). En situaciones de exposición prolongada, aplicar cada 2 horas.
5. Evitar ir a saunas, piscinas y gimnasios durante las 24 horas siguientes a la sesión.
6. No aplicar desodorante durante las primeras 24 horas después del tratamiento.
1. Personas con cualquier mal o condición genética que cause fotosensibilidad a la luz.
2. Personas que estén siguiendo un tratamiento con anticoagulantes o cualquier otra medicación que cause fotosensibilidad a la luz.
3. Personas con diabetes, ya que puede afectar al proceso de regeneración de la piel.
4. Personas con hemofilia u otras enfermedades coagulantes.
5. Personas con tendencia a producir queloides o cicatrices hipertróficas.
6. Personas bronceadas o con fiebre.
7. Personas que hayan recibido inyecciones de doxorrubicina, ya que puede haber alguna área más oscura que absorbería la energía de la luz.
8. Mujeres embarazadas o personas que lleven un marcapasos.