Medicina estéticaNeuromuduladores para bruxismo

El bruxismo es un hábito que destaca por provocar apretar demasiado los dientes y contraer los músculos de forma involuntaria, sobre todo mientras dormimos; una práctica que se conoce como bruxismo nocturno.

A la hora de hablar de tratamiento para el bruxismo, lo cierto es que cada vez son más las técnicas que se pueden aplicar para corregirlo, siendo los neuromoduladores una de las soluciones más escogidas para tratarlo.

Se aplica un neuromodulador a través de inyecciones en lugares estratégicos de los músculos masetero y temporal. De esta forma, solo se tratan los músculos que intervienen en la movilidad mandibular.

Como resultado, se disminuye la fuerza de los movimientos involuntarios, especialmente aquellos que se producen con más vigor.

Esta relajación de los movimientos afecta también a la articulación temporomandibular (ATM), que es la mayor perjudicada por el bruxismo, disminuyendo la sobrecarga que le produce el apretamiento continuo.

Los resultados empiezan a verse a partir del cuarto día.

Si te preguntas si la infiltración del neuromodulador tendrá algún efecto secundario en las facciones de la cara, la respuesta es que SÍ.

El bruxismo provoca mandíbulas fuertes y desarrolladas por su constante ejercicio involuntario.

Al inyectar el neuromodulador se reduce la tensión del músculo masetero, lo que provoca la reducción de su volumen, dando lugar a un afinamiento del rostro y la eliminación del «efecto cara cuadrada». 

La duración del efecto es de 6 a 9 meses. La pérdida del efecto es gradual y depende del metabolismo de cada paciente y de la dosis utilizada.

Se recomienda repetir el tratamiento transcurrido ese tiempo

El tratamiento no es aconsejable para:

· Pacientes embarazadas.
· Pacientes lactantes.
· Pacientes con patología neuromuscular.
· Pacientes alérgicos a la albúmina.